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Los últimos 50 años de innovación han girado en torno al byte. Creemos que el futuro girará en torno al átomo y al gen. En este trabajo nos centramos en el átomo, concretamente en cómo los avances en la producción pueden alterar el mundo físico: transformando coches, robots, drones, dispositivos médicos y fármacos, y creando nuevas modalidades nunca antes consideradas. Estos productos serán variables y complejos y pondrán en entredicho el statu quo de la fabricación. Teniendo en cuenta este cambio, sostenemos que los nuevos héroes en las empresas serán los productores. Intentamos romper el mito de que la producción no es rentable, está estandardizada y, en gran medida, no es invertible. En este trabajo, encontrará tres modelos de negocios seleccionados para mostrar la producción como motor de rentabilidad y creación de valor a largo plazo: ventaja competitiva tecnológica, economías de escala compartidas y personalización.

Principales conclusiones:

  • En la Cuarta Revolución Industrial, la producción desempeñará un rol clave. Las nuevas tecnologías transfornarán a las actuales, creando nuevos ganadores. Las tecnologías de uso general que hemos identificado hasta ahora incluyen a los vehículos eléctricos, la energía limpia, la inteligencia artificial, la robótica y la genómica.
  • Ya estamos viendo cómo la producción gana importancia en el caso de las grandes empresas tecnológicas, que antes tenían pocos activos y ahora gastan mucho en inversiones de capital.
  • Las calificaciones son diferentes para los inventores y los productores. Una innovación exitosa requiere de ambas.

Estamos en una época optimista: nunca ha sido tan evidente que el progreso tecnológico se refuerza sobre sí mismo. Sin embargo, si la revolución digital fue un acto de desaparición, en el que el mundo se subsumió en la computadora, las maravillas de esta próxima era volverán a salir de la máquina, para venir a transformar nuestro mundo físico. Siempre hemos necesitado tanto soñadores como productores, pero las historias de innovación han tendido a favorecer a los primeros. Ahora, el péndulo de la historia se inclina hacia los Bosch, los Cook y los Chang, esos individuos de talento que sacan los inventos del laboratorio y los llevan al mundo.



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