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Todo el mundo tiene un plan hasta que te parten la cara».

Muchas veces tenemos una sensación parecida al redactar las previsiones para el año siguiente: nos preguntamos qué acontecimientos geopolíticos o tercera desviación estándar podría alterar las predicciones y echarlas por tierra. El año pasado tampoco fue muy distinto; sin embargo, nuestras expectativas de un giro táctico fueron bastante acertadas.

Creemos que 2024 será un año de mayor volatilidad macroeconómica, ya que el comercio de duración continúa, aunque a la inversa. Esta incertidumbre macroeconómica es el eje actual, que influye tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija a escala mundial. Por lo tanto, creemos que esta volatilidad favorece un enfoque más práctico de la gestión de las inversiones durante el próximo año.

La gestión activa nunca ha tenido tanta importancia, por lo que creemos que la clave del éxito estará en la utilización de fondos cotizados (ETF) de renta variable básicos y satélites, junto con ETF activos de renta fija.

A continuación, mis predicciones para 2024:

  1. Los ETF de renta fija experimentarán una mayor afluencia de inversores.

La inflación mundial ha caído mes a mes hasta noviembre de 2023 y, a principios de diciembre, los mercados de renta variable europeos preveían recortes de 150 puntos básicos de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo en 2024, por lo que parece bastante claro que los tipos van a bajar. La cuestión es: ¿cuándo lo harán? Algunos de los primeros bancos centrales que subieron los tipos de interés, como Brasil, son ahora los primeros en dar marcha atrás en su postura restrictiva y pueden servir de ejemplo para medir la eficacia de su política monetaria. La atención se centra ahora en la cuestión del «aterrizaje» económico, ya que un ligero repunte del desempleo en Estados Unidos y Europa podría sugerir un debilitamiento del mercado laboral y un inminente aterrizaje brusco (recesión) a medida que nos adentramos en el próximo año natural.

Ante la inminente desaceleración sugerida, creemos que la renta fija volverá a ser el centro de atención este año, concretamente la de duración y solvencia crediticia. Por lo tanto, creemos que los ETF de renta fija que ofrecen mayor duración y crédito de mejor calidad deberían registrar un mayor porcentaje de ingresos netos en 2024. También creemos que tiene sentido perseguir una metodología de inversión activa en renta fija en este periodo de volatilidad. Además, cualquier oferta de bonos de este tipo que incluya un componente «verde» se beneficiará del actual impulso positivo que refuerza las oportunidades de inversión sostenible.

  1. Ser selectivo con los mercados emergentes puede ayudar a obtener mejores resultados. Por lo tanto, es probable que los ETF de mercados emergentes de un solo país registren un aumento de los activos gestionados.

Suponiendo que 2024 traiga consigo una moderación coordinada de los bancos centrales, observamos dos posibles vías distintas. En primer lugar, vemos un posible debilitamiento del dólar estadounidense que impulse la fortaleza y una reorientación de los flujos de capital hacia las economías de mercado emergentes (ME), que han tenido dificultades para atraer la inversión extranjera en los últimos tiempos. En consecuencia, las economías de mercado emergentes más expuestas al crecimiento tanto doméstico como de las exportaciones deberían estar bien preparadas para obtener mejores resultados. En segundo lugar, conviene desconfiar del argumento contrario, según el cual, en un entorno de aumento del riesgo, hay opciones potencialmente mejores que la inversión en ME, como la renta fija de calidad, los «siete magníficos» o el sólido S&P 500 Index, de fuerte crecimiento. De acuerdo con lo anterior, habría que centrarse en los mercados con valor y potencial de crecimiento, los llamados «diamantes en bruto». Somos optimistas respecto a las economías emergentes con fuerte componente tecnológico, como Taiwán y Corea del Sur, ya que, debido a su fuerte presencia en la industria de semiconductores, están bien posicionadas para beneficiarse de los nuevos avances de la inteligencia artificial (IA).

India también es un mercado de interés clave, debido en parte a su evolución secular. Su población, con grandes ventajas demográficas, también la convierte en un actor clave, no solo como posible país con un rendimiento superior dentro de los principales índices de mercados emergentes (junto con Brasil y Corea del Sur), sino también a escala mundial. Por lo tanto, volvemos a creer en las ventajas que presenta adoptar un planteamiento más activo/táctico a la hora de gestionar una estrategia amplia de mercados emergentes, mediante la utilización de elementos básicos de bajo coste de ME de un solo país con el fin de sobreponderarlos o infraponderarlos en relación con el índice de referencia general.

  1. Crecimiento, temática y tecnología: los ETF temáticos centrados en el crecimiento registrarán grandes ingresos.

Estoy convencido de que nos encontramos en un momento crucial para la sociedad y que estamos en la famosa encrucijada de una de las olas más transformadoras de nuestra corta historia. La evolución cada vez más rápida de la IA, incluidos los recientes avances de la inteligencia artificial generativa (IAG), son indicios de que estamos en medio de la próxima revolución, casi tan importante como la revolución agrícola o la industrial de otros tiempos. Con la velocidad a la que se está produciendo este desarrollo, impulsado por la naturaleza autónoma en el desarrollo de la IA, es importante considerar las posibles oportunidades de inversión. La inversión temática permite a los inversores aprovechar estas tendencias estructurales a largo plazo, centrándose en áreas del mercado que están a la vanguardia de este crecimiento en sectores que están experimentando una transición trascendental. Por ejemplo, en el ámbito de la sanidad observamos la aparición de nuevos métodos preventivos y tecnologías para evitar enfermedades, así como tecnologías innovadoras que se aplican en los quirófanos, todo ello en un contexto de envejecimiento de la población. Además, se está dando prioridad a las nuevas tecnologías emergentes para ayudar a aliviar un mundo sometido a la seria amenaza de los efectos del cambio climático (sequía/hambruna). Este tipo de oportunidades temáticas suelen favorecer el crecimiento no solo en sectores cuaternarios como la IA y la tecnología, sino también en la evolución de los cambios estructurales en sectores primarios y terciarios como la alimentación y la sanidad.  



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