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Este artículo fue publicado originalmente por Sandy Kaul en «Revolution-Not Evolution» Linkedin Newsletter.

Descripta por muchos como la primera «aplicación asesina» del espacio Web3, las stablecoins se han convertido en una herramienta de rápido crecimiento utilizada para facilitar liquidez en el ámbito de las criptomonedas, transformar el comercio transfronterizo y colateralizar las finanzas basadas en billeteras y el trading de derivados. Esta herramienta supone una ampliación significativa del intento original de las stablecoins de actuar como rampas de entrada y salida entre las monedas fiduciarias y las criptomonedas.

Sin embargo, la extensión de los casos de uso de stablecoin no ha hecho más que empezar y el ganador final en la carrera por ser el principal proveedor de stablecoins está lejos de haberse decidido.

Requisitos reglamentarios: Progresos en la legislación

La certidumbre regulatoria está comenzando a aparecer. La Comisión del Mercado de Valores de EE. UU. (SEC por sus siglas en inglés), recientemente, ha emitido regulaciones sobre las stablecoin. Los proyectos de ley están en proceso de tratamiento por el Congreso de EE. UU. La Unión Europea ha establecido sus propios requisitos en su legislación sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA), de reciente aplicación. Los organismos financieros internacionales, como el Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés), se han pronunciado al respecto.

Están surgiendo más emisores de stablecoins entre los criptonativos, los procesadores de pagos y, cada vez más, las entidades financieras tradicionales reguladas. A medida que se van conociendo mejor las consecuencias del crecimiento y el uso de las stablecoins, es probable que un número cada vez mayor de compañías se una a estas filas y emita sus propias stablecoins. 

Una jugada defensiva: ¿Una tenencia indefinida?

En parte, es probable que los nuevos emisores del ecosistema financiero tradicional entren en el espacio como una jugada defensiva. Esto se debe a que el comportamiento de los tenedores de stablecoin no está siguiendo el camino previsto originalmente para el vehículo. Los usuarios de stablecoins están demostrando ser «HODL'ers» en la jerga criptográfica, es decir, aferrándose a ellas con uñas y dientes. Sólo una pequeña parte de las stablecoins en circulación se quema para rescatar la moneda fiduciaria subyacente. En su lugar, los tenedores guardan sus stablecoins en su billetera y los tratan como una cuenta corriente en la cadena, dejando saldos en su lugar para estar preparados para futuras transacciones. Las stablecoins están permitiendo la aparición de un ecosistema paralelo basado en billeteras, que está teniendo el efecto de eliminar las monedas fiduciarias durante largos periodos de tiempo de las economías dominantes en la actualidad.

En lugar de que un USD (o un euro o cualquier otra moneda fiduciaria) se coloque en la reserva de un emisor de stablecoin para una única transacción y se saque rápidamente de la reserva colateral mediante rescates, cada vez es más habitual que los USD que se colocan en las reservas de stablecoin permanezcan indefinidamente en dichas reservas. De hecho, cada stablecoin puede pasar de un usuario a otro un número infinito de veces sin ser canjeada nunca por dinero fiduciario, siempre y cuando el intercambio se realice con otro operador que disponga de billetera.

Una jugada de ofensiva: ¿Daño colateral?

La semipermanencia de los saldos de stablecoin también está permitiendo a los emisores potenciales examinar el espacio a través de una lente ofensiva. Aunque se supone que cada dólar de emisión de stablecoin está respaldado 1:1 por un dólar de garantía, las bajas tasas de rescate de stablecoin están permitiendo a los emisores ampliar la variedad y duración de los activos de sus fondos de garantía más allá de la propia moneda fiduciaria. Una parte significativa del dinero que sale del sistema bancario fiduciario para respaldar las stablecoins se invierte en lugar de mantenerse en efectivo. Esto le permite al emisor de la stablecoin obtener rendimiento del fondo de garantías.

El pago de este rendimiento directa o indirectamente a través de recompensas a los titulares de stablecoins corre el riesgo de que la stablecoin sea declarada un instrumento financiero (security). Así pues, el incentivo para el emisor es mantener sus reservas en activos rentables y recaudar él mismo ese rendimiento. Esta dinámica se traduce en una mayor retirada de las monedas fiduciarias de la circulación. También subraya la importancia de contar con una regulación de las stablecoin que obligue a la transparencia en los fondos de garantía de stablecoin, exija a los emisores que den fe de su «prueba de reservas» y establezca directrices estrictas sobre el perfil de liquidez exigido a dichas reservas.

Bajo presión: Tentación creciente por potenciales emisores

La baja tasa de rescate de los tenedores de stablecoin y la posibilidad de obtener rendimiento invirtiendo la garantía de stablecoin plantean un reto importante para los bancos comerciales que dependen de los depósitos en efectivo para generar margen. Si esos depósitos de efectivo empiezan a desaparecer, es probable que aumenten las presiones. Las últimas estimaciones sitúan los activos de stablecoin en poco más de USD $200 mil millones, pero Standard Chartered ha previsto que ese mercado se multiplique por 10 en los próximos 3 años tras la aprobación de la normativa de EE. UU. sobre stablecoin.1 Ante tales perspectivas de crecimiento, es probable que muchos bancos modifiquen su modelo de negocios y se conviertan en emisores de sus propias stablecoins.

Esto les permitiría reemplazar las ganancias perdidas sobre los depósitos con los rendimiento del fondo común de garantías. Además, tener su propia stablecoin ofrecería un vehículo que los bancos pueden utilizar para «atrapar» liquidez en su red recirculando continuamente sus propias stablecoins entre y a través de sus clientes. De hecho, es probable que los bancos identifiquen rápidamente formas de incentivar este tipo de comportamiento mediante ahorros en los costos o programas de fidelización.

La cuestión que nos ocupa

Por un lado, esta medida contribuiría a acelerar la migración de la economía actual, basada en cuentas y múltiples libros de contabilidad, hacia un futuro basado en billeteras y un único libro de contabilidad en la cadena de bloques.

Por otro lado, la complejidad potencial que supone tener cientos o incluso miles de monedas estables podría introducir riesgos y fricciones imprevistos.

Los bancos centrales se han enfocado en digitalizar sus propias monedas, pero su función final podría terminar siendo una especie de cámara de compensación para las monedas estables, actuando como comprador de todos los vendedores y vendedor de todos los compradores para garantizar la estabilidad de su moneda subyacente.



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