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Si echamos la vista atrás a 2023, el tema de inversión del cambio climático estuvo sujeto a una gran volatilidad a lo largo del año y, en última instancia, obtuvo un rendimiento inferior al del mercado en general. El difícil período que abarcó el tercer trimestre y el mes de octubre se vio parcialmente compensado por un sólido final de año, en el que el mercado tuvo que lidiar con la repercusión de los cambios en los tipos de interés, la ralentización del crecimiento de la inversión en energías renovables y el debilitamiento de las perspectivas de la demanda de vehículos eléctricos.

Los tipos de interés suelen tener una gran repercusión en las empresas que están expuestas al tema del cambio climático, ya que, por naturaleza, es un sector que requiere una alta proporción de capital. Independientemente de si se trata de un aerogenerador, una instalación solar, una actualización de un producto para lograr una mejor eficiencia energética o la compra de un vehículo eléctrico, todas son decisiones que requieren una mayor proporción de capital que sus alternativas.

De cara a 2024, existen tres factores o catalizadores que consideramos que serán importantes durante el próximo año.

  1. La valoración es fundamental

Si algo nos han enseñado los últimos años es que tener una disciplina de valoración es más importante que nunca en este ámbito. La compra a un precio adecuado ha sido tan importante como la compra de las empresas adecuadas.

Algunos ejemplos recientes son los grandes ciclos de rendimiento en los ámbitos secundarios de los fabricantes de hidrógeno o las empresas de paneles solares residenciales. La volatilidad puede ayudar a ofrecer a los inversores oportunidades de compra y de venta, pero para ello se debe adoptar un enfoque que permita a los gestores de activos responder a esas valoraciones.

El contexto macroeconómico ha pasado a ser más favorable, al menos por ahora. Sabemos que la opinión generalizada se ha decantado por un escenario en el que la economía mundial evita una recesión. Esto podría cambiar de nuevo fácilmente, y debemos ser conscientes de ello y reaccionar a las valoraciones a lo largo de 2024, a medida que el mercado lidia con los datos económicos incrementales.

  1. El compromiso con la descarbonización sigue siendo sólido

A pesar de la falta de resultados positivos en 2023, el amplio compromiso de los responsables de las políticas y la sociedad civil con la descarbonización y la mitigación del cambio climático sigue siendo sólido. Esperamos que los compromisos por parte de las empresas y del gobierno con la descarbonización desempeñen un papel importante a medio plazo. En todo caso, el tema es más necesario incluso a medida que nos inclinamos hacia un escenario en el que limitar el calentamiento a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales empieza a parecer poco realista.

  1. Normalización de los tipos de interés

Creemos que la normalización de los tipos de interés será una tendencia clave para el sector en 2024, pues actualmente los mercados esperan que se produzcan varios recortes de los tipos de interés en las principales economías durante el año. Esto debería proporcionar cierto estímulo económico, con lo que mejoraría la situación económica de las inversiones relacionadas con el cambio climático y aumentaría la disponibilidad de capital a largo plazo para invertir en el ámbito climático.

Posibles riesgos de cara al futuro

No hace falta decir que los problemas geopolíticos o la posible recesión no serían favorables para la renta variable en general. No obstante, la cuestión que resalta como fuente de riesgo son las elecciones estadounidenses de noviembre de 2024. Independientemente de la probabilidad o la improbabilidad del resultado final, es probable que en 2024 los temores ante un posible cambio en la legislación de los Estados Unidos y en su Ley de Reducción de la Inflación alcancen su punto álgido. Por lo tanto, creemos que habrá una mayor volatilidad.

Debido a la volatilidad actual, creemos que el enfoque del mercado a corto plazo generará algunas oportunidades de inversión interesantes a largo plazo. Seguimos considerando que los temas de la descarbonización y las desglobalización definirán los años venideros.



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