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Las actividades que ayudan a que las empresas eviten emisiones son una atractiva oportunidad de inversión según Craig Cameron, del Templeton Equity Group. Afirma que, mediante la búsqueda de oportunidades para reducir emisiones, los inversores pueden estar en consonancia con los objetivos sostenibles que contribuyen a una economía con bajas emisiones de carbono.

En el panorama actual en el que las actividades del clima están en la primera línea de las inversiones, consideramos que las empresas que colaboren con la mitigación del cambio climático y la adaptación a este serán las que destaquen. A pesar de la importancia de centrarse en las emisiones de alcance 1, 2 y 3 de la propia empresa1, a veces se erra en el tiro cuando se trata de pensar en el impacto de las inversiones. En muchos casos, las empresas tienen un impacto mucho mayor sobre el medio ambiente gracias a que proporcionan los productos, materiales y servicios que son necesarios para realizar la transición. Una de las formas mediante las cuales consideramos que se puede medir esto son las emisiones evitadas.

¿Qué son las emisiones evitadas?

Cuando creamos una cartera sobre el cambio climático, hay numerosas herramientas y métricas que se pueden emplear para medir la eficacia y asegurar que cada grupo tenga un impacto significativo en lo que a la mitigación al cambio climático y la adaptación a este se refiere. Un indicador de este tipo es calcular las «emisiones evitadas»; esto es, estimar el impacto de la reducción de CO2e2 que las soluciones proporcionadas por una determinada empresa han tenido.

Dicho de otra forma, las emisiones evitadas son emisiones que se habrían liberado si un mecanismo o intervención en concreto no hubiese tenido lugar3. Se pueden evitar las emisiones gracias a un producto o servicio eficiente. Puesto que esto todavía depende del comportamiento de los consumidores o del mercado, nos referimos a ellas como potenciales emisiones evitadas.

Una de las formas de lograr emisiones evitadas es sustituir la energía cuya generación libera carbono por energía cuyo proceso de generación no lo emite. La toma de los factores de emisiones mundiales por unidad de generación a modo de referencia permite que las empresas calculen las emisiones evitadas a partir de la diferencia (en emisiones de gases de efecto invernadero4) entre dicho escenario de referencia y aquel en el que se usa energía baja en carbono. 

¿Por qué es importante?

Ya que las emisiones evitadas suponen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, los inversores pueden hacer que sus carteras estén en consonancia con los esfuerzos por reducir dichas emisiones (algo esencial en la lucha corporativa conjunta para la mitigación del cambio climático) mediante la inversión en empresas que ofrezcan productos o servicios que contribuyan a las emisiones evitadas.

Desde el punto de vista de la inversión, consideramos que las actividades que ayudan a que las empresas eviten emisiones son una oportunidad atractiva. Mediante la búsqueda de oportunidades para reducir emisiones, los inversores pueden estar en consonancia con los objetivos sostenibles que contribuyen a una economía con bajas emisiones de carbono.

A medida que la transición hacia una economía baja en carbono gana impulso, la identificación de las actividades que conducen a las emisiones evitadas puede aprovechar las oportunidades emergentes en una gran variedad de sectores comprometidos con la reducción de emisiones de carbono, incluidas las energías renovables, el empaquetado más sostenible y un transporte con menos emisiones de carbono.

Creemos que el enfoque de la cartera de una empresa que es sensible a dichos desarrollos está bien situado para capitalizar el potencial crecimiento de las empresas que evitan emisiones.

Cómo pueden las empresas usar las emisiones evitadas

A pesar de que lo cierto es que el uso de algunos productos puede ayudar a evitar emisiones de gases de efecto invernadero, calcular de forma precisa el impacto de un producto, ya sea positivo o negativo, puede ser complicado. El potencial estimado de emisiones evitadas puede exceder de forma significativa las emisiones de alcance 1, 2 y 3 de la huella climática de una empresa.

A continuación, se muestra una reciente evaluación de la comparativa (que forma parte de nuestra estrategia) entre nuestra huella de carbono frente a las emisiones evitadas, donde se analizan las potenciales emisiones evitadas y las emisiones de alcance 1, 2 y 3.

Para calcular las emisiones evitadas de cada empresa participada, los datos se recaban a partir de informes de la propia compañía, así como de la colaboración directa con esta. Cuando las empresas no proporcionan la suficiente información necesaria para nuestras propias estimaciones, solemos realizar los cálculos sin incluir emisiones evitadas. No obstante, podemos hacer una estimación de las emisiones evitadas mediante los datos proporcionados y compararlos con los de otros negocios similares a modo de herramienta de comprobación. En caso de que los resultados pudiesen variar dependiendo de los supuestos, trataríamos de usar estimaciones más bajas.

Los retos

El cálculo de las emisiones evitadas no es un camino de rosas, pues pueden surgir dificultades como la asignación del impacto a las diferentes partes de la cadena de valor. Se han desarrollado distintos estándares para productos e industrias específicas, pero no existe una metodología única común.

Otros retos pueden proceder de sobreestimaciones o infravaloraciones. Debido a conexiones corporativas a través la cadena de valor, es posible que los recuentos por partida doble incrementen el error de estimación. Por ejemplo, una empresa que provee de paneles solares a un parque solar puede registrar esto como emisiones evitadas, al igual que pueden hacerlo otras empresas de la cadena de valor, como la que instala los paneles, el parque solar o incluso el usuario final de la energía. 

Es posible que los marcos contables de carbono carezcan también de comparabilidad, exhaustividad y fiabilidad a lo largo del panorama integral de las emisiones a nivel mundial. No obstante, a lo largo del tiempo esto podría solucionarse si las empresas proporcionasen información pormenorizada de las emisiones que incluya: una lista de activo por activo de cada instalación, su producción, sus emisiones de combustión y de metano, sus adquisiciones de energía, la intensidad estimada de CO2 por unidad de electricidad y demás información relevante. En nuestra opinión, las empresas que buscan fomentar el progreso climático deberían, más que centrarse en los datos generales a nivel corporativo, publicar esta información y hacer todo lo posible por reducir las emisiones de estos procesos subyacentes. También nos gustaría que los cálculos de las emisiones evitadas fuesen verificados por terceros. No obstante, somos conscientes de que incluso con estos servicios de verificación, los datos no serán del todo precisos. 

Resumen

A pesar de que el concepto de «emisiones evitadas» todavía tiene que normalizarse por completo, creemos que es importante realizar estos cálculos para tantas empresas como nos sea posible, no solo para entender mejor el impacto de nuestras inversiones, sino también para tomar decisiones significativas sobre cómo se desarrollará la transición energética. Hay muchas oportunidades de inversión que van de la mano del cálculo de emisiones de carbono y cuanta más información tengamos, más probable será que encontremos las mejores.



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