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Slow down, everyone. You’re moving too fast.”
La expectativa general del mercado es que la Reserva Federal estadounidense (Fed) rebaje los tipos una o dos veces en 2024, unas rebajas que no se esperan hasta la segunda mitad del año, debido a la resiliencia de la economía y a que la inflación sigue superando los objetivos del banco central. Nosotros pensamos que los tipos acabarán bajando a medida que la inflación disminuya gradualmente y los indicios de debilidad en sectores como la pequeña empresa, la vivienda, los servicios y el comercio apunten a un debilitamiento del gasto de los consumidores. Nuestra hipótesis de referencia sigue siendo una desaceleración del crecimiento, un descenso de la inflación y una política de respaldo de la Fed para evitar una recesión. Con este contexto, preferimos los bonos de titulización hipotecaria (MBS) y los mercados emergentes en moneda local, que podrían contribuir de forma importante a la rentabilidad durante el resto del año.
Puntos clave
- El crecimiento de la economía se vio respaldado por el estímulo fiscal y la fuerte actividad de los consumidores el año pasado, pero no se espera que la política fiscal contribuya al crecimiento este año.
- El comercio internacional y las tasas de crecimiento mundial se han debilitado, y no hay indicios inmediatos de un cambio de tendencia, lo que indica posibles vientos en contra para la economía.
- A pesar de los riesgos geopolíticos, la recalibración de las políticas de los bancos centrales y el sólido crecimiento mundial proporcionan un contexto fundamental positivo para las inversiones en renta fija.
- Los MBS afrontan vientos en contra resultantes de restricción cuantitativa y de las políticas de la Fed, pero la menor volatilidad de los tipos y el bajo riesgo de amortización anticipada deberían respaldar un comportamiento positivo de los MBS.
- Las divisas de los mercados emergentes se sitúan en niveles bajos debido a la fortaleza del dólar estadounidense, pero pueden beneficiarse de un cambio en la política de tipos de interés de EE. UU., sobre todo porque los países emergentes ya han subido los tipos y han mejorado sus políticas financieras.
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Definiciones:
Los bonos de titulización hipotecaria (MBS) institucionales son bonos de titulización de activos cuya garantía es una hipoteca o un conjunto de hipotecas emitidas por agencias federales como Fannie Mae, Freddie Mac y Ginnie Mae.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
Todas las inversiones conllevan riesgos, incluida la posible pérdida de capital. Tenga en cuenta que los inversores no pueden invertir directamente en un índice. La rentabilidad de los índices no gestionados no refleja las comisiones, los costes ni los gastos de venta. La rentabilidad pasada no es garantía de resultados futuros.
Los valores de renta variable están sujetos a variaciones en los precios y a una posible pérdida del capital. Los valores de renta fija conllevan riesgos de tipo de interés, crédito, inflación y reinversión, así como una posible pérdida del capital. A medida que los tipos de interés aumentan, el valor de los títulos de renta fija disminuye. Las inversiones internacionales están sujetas a riesgos especiales, entre los que se incluyen el riesgo de fluctuaciones cambiarias y de incertidumbre social, económica y política, los cuales podrían generar un aumento de la volatilidad. Estos riesgos son más acentuados en los mercados emergentes.
Los instrumentos derivados pueden carecer de liquidez, aumentar de manera desproporcionada las pérdidas y tener una repercusión potencialmente grande en el desempeño. El riesgo de liquidez existe cuando los valores u otras inversiones resultan más difíciles de vender, o incluso imposibles de vender, al precio al que fueron valorados. Los bonos de alto rendimiento de calificación baja están sujetos a una volatilidad de precios, una falta de liquidez y una posibilidad de impago mayores. Las materias primas y las divisas acarrean un mayor riesgo, que abarca las condiciones del mercado, políticas, normativas y naturales, y pueden no ser adecuadas para todos los inversores.
El Tesoro de EE. UU. está formado por obligaciones de deuda directa emitidas y respaldadas por la solvencia y el crédito del gobierno estadounidense. El Gobierno de EE. UU. garantiza los pagos de capital e intereses ligados al Tesoro de EE. UU. si se mantienen los valores hasta su vencimiento. A diferencia de los valores del Tesoro de EE. UU., los valores de deuda emitidos por agencias y organismos federales, así como las inversiones relacionadas, pueden estar o no respaldados por la solvencia y el crédito del gobierno estadounidense. Si bien el gobierno estadounidense garantiza los pagos de principal e intereses correspondientes a los valores, dicha garantía no se aplica a las pérdidas derivadas del descenso del valor de mercado de dichos valores.
